martes, 24 de agosto de 2010

18 de agosto

Dicen que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. El dolor más grande que he pasado en mi vida ha sido la muerte de mi padre. Como siempre pasé por encima y sufrí, pero salí adelante. Me costó mucho tiempo comprenderlo, aceptarlo, pero voy haciéndome a la idea.

Hace un año que mi padre ingresó en el hospital, el 18 de agosto. Cada día que pasa voy recordando lo que pasó el pasado año, cada momento, cada hito en el camino. El viernes que me dijo la doctora que daba lo mismo si era tumor de páncreas o de estómago, que estaba tan extendido que no iba a salir. Cuando le conté a Bea que mi padre no tenía ni una oportunidad. Pienso y me duele, me duele, vuelvo a tener dolor en el pecho, opresión, no duermo bien, tomo cocacolas light...

Espero que cuando pase el mes de setiembre el dolor empiece a remitir, que mamá se encuentre un poco mejor.

Me miro al espejo y me veo tan cambiado, que vuelvo a escribir, para escribir, para no olvidar lo que ocurrió. Quiero recordar cada día, cada momento de lo que sucedió.

Miraré al futuro...

lunes, 26 de abril de 2010

Fe de vida

...A veces llega un momento en que te haces viejo de repente... con arrugas en la frente, pero con ganas de morir... Bonita canción de Celtas sí señor.

Llevo un año y medio en Madrid.

Al principio apuntaba nombre y un detalle, población, barrio, mote, para recordar con quién había dormido.

Luego sólo el nombre de pila.

Hace meses sólo una rayita.

Hace semanas conté el chico 200. Me parece ya una barbaridad, sí, me gusta gustar, me gusta salir y que quieran estar contigo, que te digan lo guapo que eres y el cuerpecito que tienes, que no se crean que tienes 32 años y que tu culo les parezca el culo más prieto de todos los tiempos.

Pero esta semana ha ocurrido algo. Supongo que algún día tenía que asentar la cabeza y ha sido en esos días. Algo me ha hecho cambiar, pensar que es ya suficiente. Madrid es como un pueblo y merezco algo más.

Prometo no ser más putilla, prometo darme la oportunidad de ser feliz, prometo decir la verdad acerca de lo que siento, luchar por vivir con entusiasmo y amar al mundo como lo he amado siempre.

Prometo vivir.

Héme aquí.

lunes, 15 de marzo de 2010

David

¿Por qué nos ponen los malotes?

Tengo un amigo en Madrid que se llama David. Es catalán y ha sido una especie de revelación.

Cuando entré a trabajar aquí lo conocí en la formación, en seguida dimos un par de vueltas alrededor, para delimitar el territorio, para marcar el vedado y decir aquí ando yo, pero no tardamos apenas en saber de qué pie cojeamos ambos.

Las locas se repelen.

Esta frase de mi amigo Mario no es literal, porque yo no soy loca, seré puta en la cama, pero no en la calle. De ahí que sólo sea Macarra pero Rosa. Aún así esta frase define la afinidad y la lejanía de la gente del mismo polo, de la gente tan similar.

Me gusta que me digan cosas en la cama, me encanta mi tierra, soy un amante de la virtud humana y de la filantropía. Cuando nos conocimos le hablé de la soledad de Madrid, me dijo que le ocurría igual. Nada como ser de fuera y que te lo hagan sentir para saber unirte a cualquier cosa que cree un hito en tu camino.

Terrible sentirse sin un punto de referencia en esta sociedad madrileña tan complicada a priori.

Tiene un novio franquista, maricón y franquista, con cuerpo, manera y sentir de pasivo, que se comporta como un machirulo. Que te llama GILIPOLLAS a la primera de cambio y que es, cómo no del Real Madrid y de derechas. La congruencia es que sea gay.

Es una pasiva, pero tiene una atadura mental de su pobre educación esclavista y feudataria que le hace comportarse como no es.

Al principio no lo tragaba, pero hoy reconozco que es un gran chico. Tiene sus menos y sus menos y sus menos, pero está ahí. David también.

Siempre se portan bien conmigo, muy bien realmente. Ya no estoy tan solo en Madrid.

El día que me pegaron la paliza se lo conté a David y se puso a llorar, me dijo que lo sentía mucho, que tenía que denunciarlo, que fuera a la policía, que le hubiera llamado, que me hubiera recogido...

Somos de la misma cuerda, muy iguales, me hace feliz.

domingo, 14 de marzo de 2010

Como un mantra y la belleza de las divas

El otro día en el trabajo no pude por menos que llorar.

Carmen me dijo que terminaba de morir Delibes. Hace días que sabíamos que estaba enfermo, pero no deja de ser duro que se vaya alguien que te hizo sentir.
Cada vez que muere un escritor que te importa pierdes algo, egoístamente, pero no volverás a leer su último libro, porque ya lo leíste y no habrá otro posterior.

Elena le dijo a Sole que soy gilipollas, que de sensible paso a idiota. Pero Elena es una mujer poco inteligente y en la oficina todo se sabe. Hasta lo mío con Carmen.
Eva, Raquel, Vero, las lesbianas reconocidas me dieron un besito entre las tres y una de mis jefas nos tuvo que reconducir al trabajo.

Nada como ser espíritu libre y, sin hacer daño a nadie, poder gritar en libertad Soy yo. Sé que no está bien aceptado que me lleve bien con Carmen. Es negra, no te juntes con ella, es extranjera, nadie le habla. Vino a decirme Luisa. No me influyó. Seguramente sí, pero hizo el efecto contrario. Sigo juntándome con ella y los viernes comemos juntos en el comedor pequeño.

Esta semana arroz picante y pollo con nata.

Tan sencillo como hervir arroz con ajo, guindilla, aceite de oliva y un poco de sofrito de tomate y cebolla. Se daja bien secar y se aliña con pimentón (dulce).
El pollo se saltea, hasta que se dore un poquito, se le añaden cominos, orégano, cebolla cruda picada y nata. Se guisa por espacio de 15 minutos y se mete en tuppers.

La próxima semana me tocará a mí hacerle la comida a ella.

Milana bonita. Milana bonita. Milana bonita.
Milana bonita.


Puedes repetirlo incesantemente y notar que entras en la novela de los Santos Inocentes. Aunque más que novela debiera ser un relato histórico. ¿Histórico? Hay zonas del país donde sigue existiendo ese dolor, esa sumisión. Donde la duquesa de Alba de turno, reparte un duro al año mientras las feudatarias le rinden más que obligada pleitesía.

En su funeral, el de Delibes, pude ver caras tan amables como Lola Herrea y Concha Velasco, que son eternas, como los gazpachos, pero se conservan estupendamente. Yo debo de ir por el mismo camino porque cada día estoy más guapo y cada vez aparento menos años.

Follar, follo. ¿Mucho? Tanto como quiero o más. Con chulos, con idiotas, con listos y listillos, pero luego también me aburre. Para qué necesito recorrer cuatro camas de Madrid, echar 20 polvos si luego veo a Gabri y suspiro por sus huesos. Ni me importa que se haya rapado y parezca un nazi.

Esta semana decidí no hacer el puta el fin de semana, más que nada porque del anterior conservaba un regusto amoral que hacía que me doliera el culo de tan trabajado ;). Pero no dejé de zorrear. Las pasivas somos tontas, pero los activazos la mar de simples. Cuán placentero es calentarlos y dejar que se vayan al baño con un dolor de huevos que no pueden sin salir a follar con ellos. Cuán placentero saber quién manda, ellos en la cama, pero yo en la calle.

Y no me canso de Madrid. Pedrito dice que ya soy madrileño, que cumplo casi todos los requisitos, sólo me falta uno que es opuesto a mi idiosincrasia y me hace ser el Buen Madrid. Yo a Rubén le llamo Buen Madrid...



La próxima semana Fallas, sorpresa a mamá, comidas con amigos. Porque qué es la vida sin comer y dormir?

Mua

martes, 9 de marzo de 2010

Pollo crux

Hoy te propongo algo diferente.

Es un maxirebozado para pollo. Tiene dos particularidades, una que es muy muy crujiente. La segunda que apenas absorve grasas.

Maceramos unos filetes de pollo en zumo de limón, pimienta, orégano y azúcar. De los tres últimos ingredientes una cucharadita por cada limón entero. Lo mantenemos 30 minutos, no más, ya que no queremos cocinar la pechuga.

Preparamos una mezcla de harina y agua, hasta que quede correoso, como un engrudo y pasamos los filetes por esta mezcla.

La siguiente parte del rebozado consiste en harina mezclada con Corn Flakes. Los cereales se adhieren a la mezcla y luego se puede freír.

Se acompaña de alguna salsa jugosa, como las de dipeo, pisto o algo similar.

;)

lunes, 8 de marzo de 2010

Qué iba a hacer?! Tomarme un helado....

Que anoche fue un poco horrible, porque estaba mirando el correo y vi un pendrive de mi hermano, con fotos, videos, canciones (entre ellas el himno del Real Madrid puagh).

Una de las fotos sale papá. Es del verano pasado y es de una noche que me enfadé y no quise bajar a tomar un helado.

Coincidió con mis vacaciones, que no coincidían con las de mis padres. Sólo nos vimos unos días. El lunes se iban a Benidorm y no quiser bajar a tomarme un helado. Le grité a mi padre, le insulté y me puse muy cabezudo.

Papá, elegante como siempre, me llamó muchas veces, yo le decía que no iba, vino a casa a por mí, no quise ir, seguí enfadado.

Pero llegó con una horchata y fartons para mí. Al principio los rechacé, pero luego me los tomé y me sentí mal, por ser tan cabezón.

Que puede uno pensar que no tiene nada que ver, de hecho, desde ese día, y el fin de semana siguiente que fui a recoger el coche de papá a Benidorm, no lo he vuelto a ver más que en el hospital, que seguramente nada influyó en que estuviera o no enfermo.

No puedo sentirme muy culpable.

Pero he descubierto una verdad horrible: mi padre se estuvo muriendo mucho tiempo.

Cuando meses antes venía a recogerme a la estación de madrugada y le olía tanto la boca, cuando se quejaba de esos dolores en los riñones, cuando perdió tanto peso.

Papá dijo un día algo que ayer comprobé que era cierto: si se hubiera
ido al hospital antes, mi empresa hubiera quebrado, porque él era motor de la misma.

En cierta manera se inmoló por mí y le debo algo que no puedo pagarle aún: salir adelante.

Por la memoria de papá, con todo el cariño...

domingo, 7 de marzo de 2010

El camino de los elefantes


Termina en el cementerio de los Elefantes.

Han pasado diez años desde aquella mañana de Sábado en que le vi el pecho a mi tía Isa, mi madrina. Tenía el pezón hundido. Mamá le recomendó, le urgió a que fuera al médico.

Fue rápido, pero ya no tenía solución.

El cáncer de mama había hecho mella en su organismo y todo aquel proceso tan largo y doloroso acababa de empezar. El desconocimiento, la rabia, las lágrimas, la sinceridad y el apoyo de todos.

La donación de las plaquetas, que mi tía siempre recordaría diciendo que 'llevaba dentro la sangre de su sobrino, gordo y bruto (yo entonces pesaba 125 kilos, aunque siempre fui princesita), y que no podía morirse por ese mismo motivo'.

Tanto dolor, tantas operaciones, tantos litros de quimioterapia, todo ese sufrimiento que padeció la tía Isa para terminar venciéndose.

La última que fui a mi tierra y estuvo nevando. Me dijo que fuera a casa rápido porque me tenía que volver a madrid. Estaba muy lenta, muy apagada, pero sobre todo la vi vencida, triste, cansada. A pesar de ello le pude arrancar alguna sonrisa, porque sé hacerlo. Es mi papel, hacer feliz a los demás.

Dos semanas después empezó a ponerse muy enfermita. Mamá me dijo que fuera, sino no la vería con vida. El viernes llegué, pasó también el Sábado y me llamó mamá diciendo que se quedaba con su hermana porque se encontraba muy mal. Habían estado los hermanos juntos, además de su hija Beíta y el tío Juancho allí.

Yo a las 12 de la noche me fui para su casa. Fui directo al cuarto donde dormitaba. Ya estaba inconsciente, pero jadeaba raro, complicado, sin respirar. Había estado así todo el día. El doctor les dijo que se moriría cuando supiera que no estaba ni Bea ni su marido.

Acostada, sin peluca (porque no pudo recuperar el pelo desde hacía años), con la carita tan blanca de madrina... Bea se puso a llorar, le dije que no lo hiciera que su madre nos escuchaba y que no le gustaría. Me dijo que ya le había garantizado el médico que no nos escuchaba. Antes de quedarse así no había hecho más que repetir que quería irse con el abuelito al cielo.

Me senté en la cama y me acosté a su lado. Le cogí la mano inerte, Bea me dejó solo con ella y no dejaba de respirar igual de mal. Le acaricié la cabeza, le dije muchas veces que la quería. Pero que se relajara, que dejara de respirar, que no luchara más porque no podía salir ya, pero que quedábamos bien, yo estoy muy feliz en Madrid, le dije, mamá se recupera de lo de Papá poco a poco, Bea tiene su negocio, tu nieto es feliz, déjate descansar tía, te lo mereces, relájate, descansa, que no vas a estar sola (esto también se lo dije a papá en sus últimas horas), estaremos todos contigo.

De momento 10, 13, 16, 18 segundos entre cada inhalación de aire, dejó de jadear y sentí que me hacía caso y se dejaba morir. No pude hablar, sólo pude marcar el teléfono de Bea para que viniera corriendo desde el comedor y cuando llegó le dije: Se está muriendo...

Mamá se echó sobre su hermana y la abrazó, la tocó, la besó. Neus, Bea, su marido, el tío Juancho y yo estuvimos delante de la cama mirándolas. Respiró una vez más y se apagó su vida.

De película.

Pienso en ella algunas veces, pero no tengo tanto dolor como con papá, porque sé que murió bien, relajada y me hace sentir importante esto.

Es la primera vez que se muere alguien en mis brazos, pero me deja con una calma que no puedo describir. Ojalá mi prima pudiera sentirse igual.